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Durante algo más de dos años el transporte se ha visto afectado por las restricciones totales o parciales entre Europa y Marruecos. Desde hace pocos días se vuelve a recuperar el tránsito regular desde Tarifa y Algeciras para vehículos particulares también, después de unos meses en los que el transporte de mercancías había quedado reestablecido en sus rutas habituales.
Situado históricamente en un enclave estratégico, el Estrecho de Gibraltar siempre ha supuesto una barrera natural para el comercio: 13 kilómetros de agua que separan Tarifa y la punta de Cires, 51 kilómetros si contamos los existentes entre Algeciras y Tánger.
Sin embargo, la distancia del Estrecho se mide en algo más que kilómetros: la cultura a ambos lados del paso marítimo contiene elementos realmente diferenciadores a la hora de trabajar y tramitar un transporte desde o hacia Marruecos.
Puntos de referencia
Con un impulso por parte del gobierno marroquí en los últimos años, Tánger y su puerto se han convertido en el punto de referencia de entrada al país y, por ende, a África. Esto le ha permitido consolidarse en el primer puesto en movimiento de contenedores en el Mediterráneo con más de 100 millones de toneladas de mercancías, un 25% más que en 2020.
La automoción ha ido ganando terreno entre las industrias asentadas en el territorio que, gracias a la capacidad operativa del puerto principal, puede asumir la logística y transporte desde y hacia Marruecos.
No solo Tánger es el destino final para dichos transportes: grupos como SOMACA, en Casablanca; HISPANO, cerca de Rabat; así como otras plantas de producción de vehículos pesados, hacen que el país sea atractivo para instalar una sede industrial de empresas extranjeras. Los bajos salarios, la cercanía geográfica y los costes logísticos reducidos para su ensamblaje final en Europa son las principales causas.
Personal local
Sin embargo, ha quedado demostrado que la logística tiene sus propios ritmos, que varían en relación a los países en que se gestionan, y el trasporte en Marruecos no es una excepción. Sin entrar en la rapidez del envío, el flujo de trabajo que implica la organización de un transporte internacional, que conlleva el paso de unas aduanas de importación o exportación según la situación, funciona por cauces menos convencionales a los europeos. Acostumbrados a un trato más directo y por canales estrictamente profesionales, en Europa resulta un choque cultural la gestión marroquí.
Contar con una sede sobre el terreno es importante, pero que el transporte sea gestionado por personal local es vital para su correcto desarrollo. Por ello, en HTG Express, además de contar con una oficina propia en Tánger situada estratégicamente para poder ofrecer el mismo servicio de calidad que ya ofrecía en Europa, disponemos de un equipo marroquí al tanto de todas las peculiaridades del transporte en la zona.
Negociación con proveedores que cumplan con los estándares de exigencia de la compañía, gestión documental, asistencia en el proceso de transporte, soporte a clientes… Son muchas las tareas que definen el éxito para cualquier transporte. En caso de la logística hacia o desde Marruecos, además, debemos sumarle la correcta gestión intercultural.
Los buenos resultados obtenidos en los últimos meses en el flujo Europa-Marruecos dan fe de que en HTG Express hemos dado con la clave: reducción de costes logísticos, mayor control del transporte y satisfacción final del cliente. En resumen, también en Marruecos, we deliver peace of mind.
